Rennes-le-Chateâu, una aldea al sur de Francia, situada en una colina, rodeada de misterio, transforma la vida de aquellos que han querido penetrar en su secreto. Hace poco más de un siglo, un simple cura rural encontró un tesoro. Su nombre era Bérenguer Saunière, empezó unas obras, y no pequeñas, como si de pronto hubiera heredado una fortuna imprevista. Restauró la iglesia románica, arregló el cementerio y levantó la Torre Magdala en honor a María Magdalena. ¿De dónde venía el dinero? Su secreto, Bérenguer Saunière se lo llevó a la tumba. Desde entonces, los amantes de lo insólito y buscadores de tesoros construyen todas las hipótesis, de las más racionales a las más absurdas.
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